Cuando
este libro fue editado por primera vez en 1978, varios grupos gurdjieffianos
manifestaron su indignación ante el "timo" que suponía
que el Señor Gold se llamase "el Señor G.".
Ya ha pasado casi un cuarto de siglo, y aunque el Señor Gold dejó
esta estrategia de comunicación poco después de la edición
de este libro, la furia sigue en marcha. Continuamos recibiendo cartas
de personas enojadas por el uso de este recurso, por parte del Señor
Gold, en un momento de los años 70.
Como el Señor Gold dice en una entrevista concedida a la revista
Gnosis (edición no47, primavera, 1998): "Me temo que la mayoría
de chistes pasó por encima de las cabezas de la gente implicada.
El libro Charlas Secretas con el Señor G. fue editado
como una especie de codazo-chiste para obligar a la editorial Triangle,
(que se había quedado con los derechos de los libros de Gurdjieff)
a ponerse en marcha y que publicara la Tercera Serie en vez de una falsa.
(Perspectivas Desde el Mundo Real). No fue idea mía
hacerlo; pero participé con gusto para ver si podíamos,
si es que alguien podía,
provocarlos para que publicaran la auténtica tercera serie".
Con esta traducción al español, queremos, de una vez y por
todas, destapar la parodia; este libro lo escribió E.J. Gold y
no el Señor Gurdjieff; aún así
contiene una riqueza de contenido difícil de encontrar en ninguna
otra parte.
Lo que hace el Señor Gold es contestar a las preguntas que la gente,
al acercarse al trabajo de Gurdjieff y a la interpretación posterior
ouspenskiana, siempre ha tenido: ¿Qué quería decir
Gurdjieff con esto, eso y aquello?.
En la actualidad, las ideas de Gurdjieff ya se han puesto de moda, y
la gente se plantea muchas preguntas al respecto. El Señor Gold lleva
años todo lo posible para aclarar estas dudas, a veces
viéndose obligado a trabajar con la terminología presentada
en los escritos de este género.
Como dice el Señor Gold: "Es lamentable que esta ideas hayan
quedado atrapadas y asociadas con el Señor Gurdjieff. Eso no debería
haber sucedido".
Aquí, en este tomo, tienes acceso a una enseñanza milenaria,
libre de etiquetas. ¡Qué aproveches!. |