¿Qué es lo que pasa con este arte?

E. J. Gold, Monje Soñando II, litografía en papel de Gainsborough, 1987

Que sí, es cierto, el arte de estas páginas es muy interesante. De hecho, una de sus cualidades es que es capaz de crear un cierto sabor tanto psicológico como emocional en él que mira el cuadro. Se acerca a la idea de lo que se podría llamar "el arte objetivo".

Según Gurdjieff el arte objetivo era el tipo de creación que evocaría la misma reacción en todos los que participaban, sin reparar en los tipos presentes. Es decir, en otras palabras, el arte objetivo hace desvanecerse el tipo. El método utilizado para crear este tipo de arte suele hacer que desaparezca la auto-voluntad del artista y en su lugar el artista alinea su voluntad con una fuerza superior.

El arte que se ve en estas páginas procede de una nueva escuela de arte. Esta escuela en este momento se encuentra en la vanguardia del proceso artístico mundial. Esta nueva escuela de arte se llama "El Reduccionismo".

Una nueva escuela de arte siempre se basa en una tesis. Es decir, una idea que entra en el tejido de cada obra que sale de la producción de esa escuela. Cada obra de arte que se produce en esa escuela será una demostración o aplicación de esa tesis. De hecho, resulta que al fin y al cabo, a fin de cuentas, la escuela misma es su tesis. Intentemos examinar lo que pretende esta escuela de arte.


Seth Gold, El Fin de Palabras, acrílico en lienzo, 1997

Lo que a mí me parece evidente de las obras de arte que he visto de esta escuela es el uso del abstracto que obliga al ser, al yo esencial, a utilizar su atención especial para poder mirar el objeto de arte. La máquina siempre busca significado a través de la forma, busca patrones y diseños que son fácilmente reconocibles, que la máquina se haga cómoda. La máquina de hecho huye del abstracto. Le encanta lo cotidiano. La abstracción es un nivel muy alto de la estética; al yo esencial le encanta el abstracto. Esto hace que esta forma de arte debilite a la máquina y alimente al yo esencial.

Llegar al "abstracto" es el punto en donde la máquina rechaza y el yo esencial acepta. Esto representa en parte la eterna lucha entre el ser real y la máquina; el ser intentando reducir todo a la pura indiferenciada luz mientras que la máquina ve en esto su propia muerte y lucha para que no pase esto. Este estado de ver todo como una pura indiferenciada luz se llamaba en la tradición del Este, el estado de Samadhi.

Esta forma de imponer lo reconocible sobre todo lo que vemos es la técnica de la máquina para huir de esa luz. Nombrar e identificar las cosas es lo que hacen nuestras máquinas para tener a toda clase de objetos, cosas e incluso seres, en su poder. Nombrar algo es hacerlo una parte de las cosas que conocemos y ya no hace falta que nos preocupemos por ellas. Pero en realidad lo único que conseguimos es tapar nuestra ignorancia y falta de comprensión.

E.J. Gold, El Jugador de Ajedrez II, serigrafía en papel de Rives BFK

El miedo al abstracto es el mismo miedo que la máquina tiene al estado de despertar. Para la máquina, el estado de despertar es la muerte. El miedo al abstracto es el miedo a la muerte. El yo esencial está contento con la abstracción. O sea, el abstracto *es* el estado de despertar. Y el estado de despertar es la realidad en el abstracto. La idea entonces es buscar el abstracto y superar el deseo por la forma reconocible. Una tesis bastante interesante.


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