Lo Esencial del Zen

Taller Celebrada en Cortegana, Huelva, durante la primera semana de octubre, 1999



Este taller es un curso de instrucción para el Ser, es decir, el Yo Esencial. A decir verdad, no se puede decir más sobre este  taller, porque . . . bueno . . .porque el Zen es . . .bueno . . . el Zen es el Zen. Cualquier explicación, sólo quitaría la fuerza de hacerlo y descubrirlo por ti mismo. Se puede decir que este taller es una técnica avanzada y potente que une la práctica del Zen con la tecnología de la transformación interior contemporánea.

Sería acertada hablar del Zen como una manera de entrenar la atención. Empezamos a entrenar nuestra atención de maneras pequeñas. ¿Durante cuánto tiempo podemos mirar un objeto delante de nosotros sin tener intrusiones? ¿Qué queremos decir con “intrusiones”? Cualquier cosa que tiene que ver con algo más que el objeto de nuestra atención es una intrusión—ya sea mental, psíquico, emocional, visual; de las percepciones o de las sensaciones. No importa lo que sea. Cualquier cosa que no sea el objeto de nuestra atención es una intrusión. De modo que, ¿durante cuánto tiempo podemos mirar un objeto sin una intrusión? Pues, normalmente la respuesta a esta pregunta es: "durante poco tiempo"—lo que significa que nuestra atención es débil.
 

Hay muchos nombres por este tipo de atención y uni-intencionada consciencia que han sido usados para expresar esta idea por toda una variedad de tradiciones espirituales—desde los antiguos escritos metafísicos de los egipcios, los místicos y filósofos pre-socráticos griegos, hasta el budismo, el hinduismo, el sufismo, todo el camino hasta la vida monástica incluyendo Santo Tomás de Aquino . . .

La cuestión detrás de todos estos nombres es si somos capaces de mantener nuestra atención, sin interrupciones, en nada más que el objeto elegido por nuestra atención. ¿Somos capaces de mirar algo, nada más que ese algo, sin hacer nada más que eso?

Cuando podamos hacerlo, entonces podremos pasar a unos proyectos más atrevidas. Por ejemplo, leer un libro. La única manera en la que normalmente mantenemos nuestra atención en un libro es mediante el interés. Pero, ¿podemos leer un libro en el que no tuviéramos interés, y mantener nuestra atención en él como si estuviéramos interesados en él?

El interés guía y a la vez tira de la atención; ésa no es una atención del Trabajo. Si simplemente estamos atentos a algo porque estamos interesados, entonces hemos perdido lo esencial por completo. Debemos ser capaces de colocar nuestra atención a dónde la queramos y mantenerla allí sin intrusiones, durante tanto tiempo como queramos—puede ser durante horas, meses o años—a la exclusión de todo lo demás.

Hay una distinción importante entre la atención y la simple consciencia. Aunque nuestra atención pueda estar exclusivamente en algo, podemos estar conscientes de todo lo demás al mismo tiempo. La atención es específica, la consciencia es general. La consciencia nunca es específica. Y la atención nunca es general. Así que, podemos colocar nuestra atención en un objeto, y estar conscientes del entorno. Si no lo hacemos, entonces, o somos unos estúpidos, unos enfermos, unos ciegos, o unos tontos, o bien todo lo susodicho.

Cuando nos volvemos inatentos, hacemos cosas tontas. Cuando la máquina está dormida, suceden cosas tontas. Parece como si la desatención y el sueño tuvieran algo que ver el uno con el otro. La clave es que la atención procede del Yo Esencial. El Yo Esencial es la fuente de la atención.

La pérdida de atención puede ocurrir por dos causas diferentes. La primera causa es que el Yo Esencial ha dejado de ser una fuente de atención por el momento. Por una razón u otra, ya no está invocando su presencia y ha perdido su atención.

La presencia y la atención entran en la categoría de la voluntad, lo que significa que están completamente en la clase de lo voluntario. En otras palabras, no existe tal cosa como la atención y la presencia involuntaria.

El Yo Esencial debe entrar en funcionamiento para que éstas puedan aparecer, porque tienen que ser provocadas. O invocamos a nuestra presencia, o bien no la invocamos. No se invoca por sí sola. El Yo Esencial tiene que decidir reunir la atención y la presencia, moverlas, bajarlas o aumentar su alcance y su escala.

Bastante charla, ofreco algunas escenas del taller:


                                          
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