Extracto del
Libro Contemporáneo de los Muertos
de E.J. Gold

NOTAS SOBRE EL LABERINTO

Mientras nos parezca estar en algún lugar, podemos estar seguros de que somos viajeros y que estamos en el laberinto -ya sea que nos percibamos a nosotros mismos como en posesión de una máquina biológica o no.

La experiencia entre la muerte y el renacimiento trae consigo una experiencia inolvidable de olvido, y una desintegración explosiva del ego, la que para el viajero inexperto puede ser muy perturbadora, destruyendo cualquier conexión consciente de una vida a otra.

La atención del viajero esta diseñada para atravesar y continuar a través de muchos cuerpos diferentes, en muchos tiempos y condiciones diferentes; pero si la atención se fragmenta por la ruptura repentina de las transiciones macrodimensionales, esto sólo puede atribuirse al hecho de que el viajero no se familiarizó con el viaje en el laberinto cuando la oportunidad se le presentó -lo que significa ahora.

Desde luego, todo esto de viajar en el laberinto, es solamente el "cebo" para hacer que te liberes a ti mismo, a través de este, o cualquier otro proceso que se desarrolle.

Muchas culturas -excepto por supuesto la cultura americana que siguió a la de los auténticos nativos americanos- han estado siempre bien informadas sobre el estado de entre-vidas, y muchos viajeros han logrado fácilmente la liberación, al pasar a través de la transición terminal con una atención despierta. Pero esto sólo se puede lograr durante la vida.

Si es tan fácil -podrías muy bien preguntar- ¿por qué no lo hace todo el mundo? Bueno, como la mayoría de las cosas, hacerlo requiere realmente hacerlo, y para la mayoría de nosotros, es como ir al dentista; no queremos ir hasta que el dolor llega a ser insoportable, y en el caso de viajar por el laberinto, para cuando el dolor llega a ser insoportable, es demasiado tarde para hacer algo, excepto rechinar tus dientes no-fenoménicos y soportarlo hasta que todo haya terminado y seas escupido de las macrodimensiones y arrojado dentro de otro cuerpo biológico más.

Pero, una vez que aprendes a viajar, es como caerte de la bicicleta; una vez que has aprendido a caerte, nunca olvidas cómo, e incluso años y años después te puedes montar en bicicleta y caerte, como si fuera ayer cuando lo aprendiste.

Mientras se viaja por el laberinto en la sección de entre-vidas, en una máquina biológica u otra, se debe tener ayuda. Uno debe permanecer despierto y alerta, con total atención centrada y autosuficiente.

El lector permanece constante en esta meta, guiando al viajero a través de las emboscadas sorprendentes de las repentinas transiciones macrodimensionales, de tal forma que el viajero pueda obtener el estado más elevado posible. Aquí, en este libro, está el método para conseguir expandir el tiempo de vida, no con el propósito de divertirnos con la "inmortalidad" -algo que los seres humanos ya tienen en la peor de las formas posibles, siendo inmortales en el sentido de una existencia permanente dentro de un marco de tiempo en el discontinuum espacio-tiempo de la creación- sino solamente con el propósito de la perfección de sí mismo, para ayudar en el Gran Trabajo, cuya meta es la liberación y el despertar de algo muy superior a uno mismo.

Una de las respuestas más corrientes a esta enseñanza es preguntar: ¿por qué preocuparnos por algo que no está aquí, ahora mismo? Ante todo, es imprescindible comprender que ni siquiera tenemos una palabra en el lenguaje para describir el estado entre la muerte y el nacimiento, y tampoco tenemos una palabra para el estado en sí. Esto significa que aunque tengamos una palabra para las otras partes de la realidad en la existencia, es decir, el nacimiento, la vida y la muerte, una de las cuatro partes de la realidad es ocluida o ignorada en la consciencia común de los occidentales.

El hecho de que esta parte de la vida necesaria está siendo totalmente ocluida en nuestra consciencia occidental está relacionado con el hecho de que la vida misma está siendo malentendida; ya que si uno se diera cuenta de que nosotros realmente vivimos en un laberinto multi-dimensional, también se daría cuenta de que el laberinto se extiende en todas direcciones, no simplemente en aquellas cuatro dimensiones menores, a las que engañosamente denominamos el espacio y el tiempo -el laberinto no aparece repentinamente de la nada sólo para que uno pueda algunas veces perderse y dar vueltas en círculos. Estamos siempre en el laberinto, y esa es la razón por la cual necesitamos o un libro de los muertos como guía, o bien un guía vivo como guía. El libro tiene sus inconvenientes y desventajas; pero hay que reconocer que sale muchísimo menos caro, en cualquier sentido ordinario de la palabra, que la alternativa ambulatoria.

 

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