Los alumnos ingleses
y americanos acababan de llegar al piso de G., que señaló
a J. que empezara a traducir el discurso del inglés al francés.
Antes, se había hecho una pregunta sobre la razón por la
que G. servía cenas de gourmet a tantas personas como llegaban
a su piso todas las noches para sentarse a su mesa y escuchar las ideas.
“La cena formal toma
como modelo la Última Cena,” continuó G. “Seguramente
todos la conocéis. A través de la acción de las sustancias
que hay en la comida, se transmite una fuerza especial que puede transformar
lentamente a los presentes en la mesa de mi círculo de trabajo”.
“El escenario y la disposición de esta mesa aquí,
tienen su correspondencia en el mundo angelical, y las cenas proporcionan
las sustancias inferiores necesarias para las condiciones evolutivas a
las que se refiere la ley ‘tal como es arriba, es abajo' ”.
“¿Qué es lo que produce la fuerza operativa de un
círculo de trabajo que se sienta en tal clase de sesión
espiritista? La fuerza electromagnética puede descender a través
de la presencia del ángel que sea atraído por la correspondencia
de la cámara de la cena invocacional del círculo de trabajo
con la cámara angelical correspondiente, según la ley ‘igual
atrae a igual’, cuyos efectos en el proceso de la vida ordinaria
se pueden ver solamente observando el cortejo de las parejas en su paseo
de los domingos por la tarde”.
“Sobre los participantes del círculo
de trabajo, el efecto es transformativo; pero es muy suave y se da a lo
largo de mucho tiempo. Para producir una irritación constante del
alma y provocar la evolución como mecanismo de defensa, se requieren
muchas repeticiones de estas cenas invocacionales. La evolución
no se consigue a través de nuestros esfuerzos por evolucionar,
sino como resultado de colocarnos en una situación en la que nos
vemos obligados a ello”.
“¿De qué otra manera podemos provocar la evolución?
Al mismo tiempo, también podemos añadir otro factor a la
escena de nuestra lucha para provocar la evolución. A través
del hábito de asistir a estas cenas invocacionales, la expectativa
misma de asistir, de reunirnos en el círculo de trabajo puede perpetuarse
después de la vida orgánica. En este caso, a través
de llevar a cabo el ritual de las cenas invocacionales, podemos sensar
la fuerza del ritual. El desarrollo del momentum de estos hábitos
de trabajo es el auténtico significado y fuerza de todos los rituales.
La idea es, si nos acostumbramos a la expectativa de asistir a una reunión,
tal como esta cena invocacional, seremos capaces de reunirnos más
tarde debido al impulso de este nuevo hábito, usando algún
vehículo superior a nuestro cuerpo orgánico”.
“Existe un factor adicional que nos interesará cuando lo
examinemos por segunda vez: La asociación de la comida especial
y la compañía simpática con las ideas.
“Este factor a su vez produce dos resultados: primero, la producción
natural de un estado de ánimo exacto, un componente necesario para
las invocaciones que además se complementa con la lectura invocacional”.
“La buena compañía y el ambiente cálido son
importantes para el segundo resultado, una mezcla alquímica a causa
de las tipologías representadas por los invitados presentes, creándose
la producción automática de una serie de sustancias solares
alquímicas por todo el organismo, que sirven para activar los centros
superiores. Una vez que los centros se despiertan y permanecen despiertos,
pueden continuar su evolución sin lo orgánico... voluntariamente”.
“La comunidad como círculo de trabajo incluye tipologías
distintas, y para producir las condiciones para su trabajo hacia la evolución,
deben aguantarse los unos a los otros dentro del círculo de estudio.
Todos los que están atraídos hacia un círculo de
estudio no son de la misma tipología. Si lo fuesen, aunque esto
pudiera crear una situación social más cómoda, el
círculo no funcionaría adecuadamente porque un círculo
compuesto de sólo una tipología no invocaría”.
“Podemos entender esta idea al examinar una radio. Si todas las
piezas fuesen iguales, la radio no funcionaría. Es obvio. Pero
cuando se ensamblan todos los componentes con exactitud, la radio funciona
como un conjunto mayor que la suma de sus piezas individuales. De la misma
manera, el círculo de estudio como un conjunto funcional compuesto
de todas las tipologías, compone algo mayor que la suma de todas
las tipologías en sí. No hay duda de que esto es lo que
necesitamos”.
“Si pensamos en la evolución como resultado de la exposición
a radiaciones evolutivas angelicales, de una presencia invocada, debemos
darnos cuenta de que es necesario exponernos a las radiaciones y al mismo
tiempo hacerlo poco a poco. Demasiada radiación angelical no es
buena para la salud”.
“Si sabemos cocinar bien, podemos introducir sustancias evolutivas
en la comida que vamos a servir en nuestra mesa. En la cena invocacional,
las sustancias de la comida son transformadas por las presencias invocadas
de aquellos que la prepararon y por los que la comparten, y también
a través del estado de ánimo y ambiente creados, y de las
impresiones de la lectura mientras se lee en voz alta; estos factores,
cuando se toman en conjunto, proporcionan todo lo necesario para las necesidades
automáticas y semi-voluntarias de las presencias de las diversas
tipologías”.
“Al mismo tiempo, no es necesario depender solamente de la comida
preparada y la compañía reunida para producir una invocación.
Aunque es necesaria la fusión alquímica de estas impresiones,
existen otros factores invisibles, ocultos de la visión ordinaria,
que operan en el grupo”.
“Incluso sin la formación exacta que se corresponde con la
presencia y radiación angelicales que deseamos invocar, si tenemos
el valor para prestar atención al estado de ánimo y la fuerza
presentes en estas cenas, seremos capaces de estudiar la dinámica
de la invocación. Para este fin, usamos el círculo. El círculo
es la base de la coreografía de la cena invocacional”
“No deseamos invocar involuntariamente, porque esto puede producir
el descenso de entes indeseables. No debemos caer en el juego del médium,
del vidente o del adivino. Esta gente invoca, pero no saben con certeza
lo que invocan. Debemos invocar con conocimiento exacto. Este conocimiento
proviene de la larga experiencia de miles de años de esfuerzos
prácticos de quienes nos han precedido, y de otros que les precedieron
a ellos, y de aquellos que les procedieron a esos otros... y llegado a
ese punto mi información acaba”.
“Ahora nuestra discusión tiene que pasar a la cuestión
de la actividad voluntaria y del trabajo asociado con la comunidad, porque
son las actividades de todo el día las que constituyen la invocación.
En una comunidad de trabajo, la cuestión de todas las otras actividades
del día se centra en la mesa. La cocina sirve a la comunidad, produciendo
comida especial de la que hemos de extraer sustancias para nuestro trabajo;
por ello, a la cocina se llama el corazón de la comunidad”.
“Por la noche, cuando invocamos, tenemos que percatarnos de que
todas nuestras atenciones desde la mañana componen las partes de
la invocación. La total invocación incluye todas las actividades
voluntarias e involuntarias del día. Si pudiéramos hacer
voluntarias todas estas actividades, podrían proporcionarnos algo
deseable para nuestras invocaciones evolutivas y para nuestro trabajo
preparatorio, cultivándonos como campos receptivos para esta fuerza
evolutiva”.
“La cuestión de las actividades involuntarias tiene una gran
importancia respecto a todo hacia lo que nos esforzarnos en la lucha por
la evolución voluntaria”.
“¿A quién se invoca al hacer voluntarias nuestras
típicas actividades involuntarias? Ésta es una pregunta
si no nos conocemos suficientemente bien. Enfocamos nuestra atención
sobre la relevancia de los datos dados durante la invocación de
nuestras presencias; pero debemos de estar más preocupados por
la cuestión de exactamente cómo nuestras actividades involuntarias
afectan a la invocación de la noche”.
“Las actividades a lo largo del día afectan a nuestra cena
invocacional; de hecho estas actividades, si se llevan a cabo voluntariamente,
producen la necesidad fundamental para una invocación en el círculo
de trabajo de esa noche. Debido a que carecemos de datos empíricos
para saber qué es lo que invocan nuestras actividades típicas,
para poder afectar a la invocación, debemos fiarnos de la forma
de la invocación. La forma es el contenido. Ésta es una
ley básica de la invocación”.
“No obstante, para usar datos empíricos sobre nuestras actividades
cotidianas y de cómo éstas afectan a nuestro trabajo invocacional,
tenemos que entender cómo examinar la actividad objetiva de la
máquina. El estudio de las actividades de la máquina es
algo así como observar un gran ballet. Es nuestro linaje de trabajo”.
“De hecho, estamos intentando observar el ballet de los Brujos –el
brujo involuntario representa esas facciones de pequeños yoes de
la máquina que defienden tercamente diversos intereses nimios en
diferentes ocasiones. Al poner intencionada y simultáneamente una
facción en contra de otra opuesta, provocamos una lucha por la
autoridad sobre la máquina, cosa que produce resultados que se
suman a nuestros esfuerzos para producir la fuerza necesaria para la transformación
de sustancias para nuestro trabajo. Sin embargo, para generar este ballet,
tenemos que ser capaces de permanecer imparciales durante la observación
de la máquina y debemos tener conocimiento objetivo de sus actividades,
sin reparar en la importancia socio-emocional subjetiva”.
“Después de dedicar mucho tiempo al estudio práctico
de esta cuestión, podemos ser capaces de determinar la función
de las actividades cotidianas de la máquina –esas actividades
involuntarias, cuyos funcionamientos indican que estamos manifestándonos
de acuerdo a las leyes ordinarias y mecánicas de la máquina,
en vez de funcionar con actividades voluntarias –respecto al hecho
de que ambas forman parte de la invocación. Pero para el estudio
práctico de esta cuestión, es necesaria la observación
de lo más oculto de nuestra tipología –las actividades
involuntarias ordinarias, en el sentido de ésas que consideramos
las más triviales-. Aquellas actividades involuntarias que creemos
que son las más insignificantes suelen ser las auténticas
barreras al trabajo real”.
“Al mismo tiempo, hacer voluntarias estas actividades es algo así
como desarrollar un músculo. Tendemos a ejercitar ciertos músculos
que son los más desarrollados, pero podríamos ofrecer resistencia
ante la oportunidad de ejercitar los músculos no-habituales. Los
que están sin desarrollar pueden producir dolor cuando insistimos
sobre ellos”.
“Igual que en una reacción química, en la que un catalizador
activa el proceso de combinar componentes individuales para formar una
nueva sustancia, hay un catalizador correspondiente en la reunión
nocturna de una comunidad de trabajo. Este catalizador es la cena invocacional,
para la que también existe un catalizador; y para la activación
de la lectura, del discurso y de la planificación de todos los
preparativos, son necesarios otros catalizadores –choques. No insistiré
en que consideréis inmediatamente la cuestión de estos catalizadores.
En cambio, deseo indicar ciertas cosas respecto a la mecánica de
la invocación con varios ejemplos”.
“En la preparación de una sesión espiritista, debemos
reunir un grupo de personas que representen todas las diversas tipologías
de presencias orgánicas que podamos localizar y atraer a nuestro
círculo. Si deseamos tener un círculo de estudio funcional,
hemos de aprender a tolerar las presencias de otras tipologías
tal cual, y no como preferiríamos que fuesen para sentirnos más
cómodos”.
“Podemos determinar la tipología presente a través
del aroma, fragancia y olor que detectamos, si es que hemos desarrollado
y entrenado nuestro sentido de olfato. En el caso de nuestra propia tipología
y de tipologías semejantes, hay una fragancia delicada; pero en
el caso de tipologías muy diferentes, el olor es más bien
parecido a un persistente y agresivo pedo”.
“No obstante, incluso las emanaciones mentales y emocionales de
nuestras tipologías reunidas en grupo pueden ser difíciles
de tolerar, y a no ser que podamos hacer voluntarias nuestras emociones
para que éstas permanezcan orgánicamente imparciales ante
las manifestaciones emocionales involuntarias de los demás, la
invocación no puede tener el éxito que deseamos. Las emanaciones
emocionales de las otras tipologías del grupo pueden ser muy difíciles
de tolerar; sin embargo éste es un pequeño precio a pagar
para poder trabajar”.
“También, en una reunión, escucharemos los resultados
de la presencia de las emanaciones mentales involuntarias que salen de
los intelectos de las otras tipologías. Por lo tanto, tenemos que
aprender a permanecer imparciales ante estas ‘atmósferas’
intelectuales producidas porque no tenemos suficiente conocimiento respecto
al ambiente general necesario para la invocación, propósito
por el que se ha reunido el círculo de trabajo”.
"Además, como en todas las reacciones químicas en que
elementos distintos son combinados para formar un nuevo compuesto que,
por definición, se caracteriza por propiedades totalmente distintas
a las que poseían los elementos individuales previos, se puede
observar el proceso correspondiente en relación con la química
de las distintas tipologías de un círculo de trabajo funcional.
Igual que en una reacción química, tenemos que esperar que
estas distintas tipologías se mezclen y funcionen como un círculo
de trabajo operativo que pueda invocar una presencia, reconocible por
cualidades totalmente nuevas. Durante una invocación, las presencias
de las tipologías personales individuales deberían volverse
invisibles tanto psico-emocional como orgánicamente mientras sucede
la fusión resultante para el descenso de una presencia invocada
sobre el círculo. Esta noche, pondremos el escenario para la puesta
en marcha de este proceso de fusión mientras nos sentamos en el
círculo y compartimos la cena juntos”.
“Para hacer posible la evolución, se requiere que el círculo
de trabajo, junto con la activada química catalizadora de la comida,
mezclada y afectada por las atmósferas producidas por las distintas
tipologías que componen el círculo, atraiga hacia abajo
a una presencia invocada. A través de la invocación, el
paso de una presencia causará la producción de subproductos
alquímicos dentro de la química de los participantes sentados
en la mesa”.
“El mero paso de la presencia de un ángel produce una transformación
alquímica. Es una transformación interior, y los resultados
producidos son sales celulares, es decir, metales nobles y tierras raras,
que son depositados a través del sistema linfático para
formar finalmente lo que se llama el ‘Collar de Buda’ ”.
“Todos tenemos un sistema linfático; pero tenemos que encontrar
algo en la química de nuestra tipología que pueda causar
que el sistema linfático se convierta en el grano de arena que
provocará una irritación exactamente como en una ostra –irritación
que puede ser revestida. El revestimiento del sistema linfático
forma el Cuerpo Astral, y a la vez, causa una irritación adicional
que puede ser revestida, como en la formación de una perla. Cuanto
mayor sea la irritación, mayor será la perla. Es necesario
revestir la irritación o morir”.
“En otras palabras, se tiene que exponer el sistema linfático
para que pueda ser alcanzado por un rayo. Esto nos proporciona la posibilidad
de evolucionar, porque la formación de cuerpos superiores nos permite
adquirir una longevidad no-orgánica especial. Por otro lado, existe
un riesgo correspondiente muy grande”.
“Ese principio activo que produce la evolución voluntaria
se llama Oración Absoluta. El hombre y los ángeles no fueron
creados con la función inicial de ser ‘mensajeros’,
sino para ser conductores, para atraer e invocar sobre ellos mos el
rayo, la electricidad normalmente estática del Absoluto. Durante
este proceso, si no cambias, serás aniquilado de la peor manera
posible, eso es seguro”.
“Pero la fuerza eléctrica del Absoluto podría ser
retardada, algo que te permitiría ganar más tiempo para
trabajar sobre la posibilidad de convertirte en un pararrayos para el
Absoluto, logrando como resultado tanto la transformación como
la evolución. Y al ganar tiempo para hacerte una parte voluntaria
de este proceso, puedes retrasar la inevitable destrucción del
sistema nervioso durante mucho tiempo”.
“Como conductor, lo primero que se destruye es lo orgánico,
y si una persona no ha trabajado sobre sí misma, no permanecerá
nada. Pero para un hombre que haya trabajado sobre sí mismo mientras
lo hacía para el Absoluto, destrozarse en lo orgánico es
simplemente otro riesgo del oficio. La Oración Absoluta es obviamente
un choque, y si elegimos perseguir este método de evolución,
tenemos que trabajar rápidamente con la atención constantemente
puesta sobre nuestra meta: formar cuerpos superiores mientras todavía
poseemos el cuerpo orgánico con el que podemos hacer los esfuerzos
necesarios”.
“El Absoluto debe de amar tanto al hombre como al gato; a los dos
les ha dado muchas vidas. ¿Cómo es posible que los gatos
y el hombre biológico ordinario tengan tres cerebros y un cuerpo,
y que el hombre evolucionado tenga tres cerebros y nueve cuerpos?
“¿Qué papel juega el invocante en la evolución
voluntaria? ¿Es el invocante el propio proceso evolutivo?
“Las condiciones de trabajo sólo pueden producir la evolución
cuando son adecuadas y con la instrucción exacta. Ya puedes ver
que tenemos mucho por hacer. Primero, es necesario adquirir todos los
datos de apoyo posibles y aprender a hacer voluntarias las actividades
diarias de la máquina”.
S. preguntó: “¿Nos podría decir si ha pasado
por aquí esta noche una presencia angelical?”.
“Hay algunos en este círculo que hacen que funcione más
débilmente,” contestó G., “pero aún así,
podemos ser conscientes de las presencias si somos conscientes de nuestro
sensing sutil”.
“Un círculo de estudio sin mucha experiencia, al seguir estrictamente
las instrucciones, podría producir una invocación y a la
vez no darse cuenta de los resultados. Claro está, existe un riesgo.
Si el día hubiera sido muy involuntario para los miembros del círculo,
o se hubieran adquirido contaminaciones por la falta de cuidado o atención,
la cosa podría ir mal”.
“¿Cuáles son las probabilidades?”, preguntó
S. con cara de preocupado.
“Eso depende de los acontecimientos del día,” se rió
G.
“¿Y de esta noche?”, preguntó S. con titubeos.
A esta pregunta no recibió respuesta directa.
“Ésta no es una sesión espiritista ordinaria. No es
una cena ordinaria,” dijo G. “Aparte del pequeño cambio
evolutivo, una posibilidad te abre la puerta hacia otras cosas que quizás
no sean visibles para ti...”
“La comida ordinaria es para la satisfacción de deseos ordinarios
como el hambre, lo que es el círculo para la satisfacción
de deseos superiores. Pero la satisfacción de los deseos ordinarios
es el primer problema”.
“La mayoría de la gente cree entender el concepto de la necesidad
de satisfacer deseos y sedes ordinarios. Por cierto, ¿cuál
creéis que es la más poderosa de las adicciones biológicas?
No es el sexo, como podríais esperar. Es comer. Ni siquiera es
llenar la barriga. Es simplemente el meter cosas en la boca lo que forma
y determina el pensamiento y la conversación del hombre mecánico-biológico.
¿Esto está de acuerdo con vuestra comprensión?”.
“Para mí sí,” respondió el Profesor Sterno,
“pero no puedo hablar por compañeros”.
“Si pudieras hablar por ellos,” dijo G., “tendrías
un círculo de invocación funcional. Hace falta que pasen
cuatro o cinco años reuniéndoos antes de intentar hablar
por ellos”.
S. empezó: “A mi entender, el número de personas que
serán atraídas por este trabajo es fijo. De modo que, ¿esta
forma de presentar estas ideas -a través del patrocinio de cenas
invocacionales- está dirigida a aquellas personas que no estarían
atraídas normalmente a este trabajo, o está intencionada
para aquellos que habrían sido atraídos de todos modos?”.
“Lo que sugiero,” empezó G., “es que invites
a la gente a asistir una cena. Entonces, presentes estas ideas en el contexto
de la cena. Si tiene lugar una invocación, quizás haya gente
que se vaya y no vuelva, en cuyo caso no tienen necesidad de estas ideas
a pesar de su interés inicialmente formado”.
“Poca gente tiene la capacidad para entender estas ideas, y de éstos,
sólo unos pocos tienen la disciplina para este trabajo, y menos
aún son los que se acercan al Trabajo”.
“Después surge la pregunta: ¿sabemos a quiénes
invitar? ¿Quién vendrá a nuestra mesa? No desearías
invitar a todo el mundo a tu casa, en cuyo caso, pruebas a la gente interesada
en estas ideas, sirviéndolas por primera vez en un bar público.
Sembramos semillas, corriendo el riesgo de que caigan en suelo infértil.
En otras palabras, sirves estas ideas como comida, para envenenar a la
gente contra la vida biológica y quizás las predispongas
hacia el Trabajo”.
“Pero quizás preferirías invitarles a casa. Puede
que después de tres o cuatro meses tengas un grupo tan cohesionado
que desees hacer las cenas en casa”.
“Cuando ponemos la mesa para la cena dejamos desocupado un lugar
para un invitado que, aparentemente por la más pura casualidad,
pudiera llamar a nuestra puerta”.
“Nos podremos encontrar con que a nuestra mesa asiste gente corriente
y gente importante. Dado que no podemos valorar la relevancia de la importancia
de los invitados, no debemos atrevernos a juzgarles. No se puede hacer
un juicio basándose en las manifestaciones ni en las apariencias
de un invitado”.
“Las manifestaciones y apariencias pueden ser engañosas.
Si uno parece elevado por sus manifestaciones, a menudo es innoble. Y
si otro realmente lo es, podría parecer el más bajo según
las apariencias. Es una estratagema corriente”.
“Pero en el mundo real todos somos elevados, todos estamos en el
mismo sitio. Sólo que a veces algunos se disfrazan”.
“De modo que, Sr. Sterno, no sé responder a tu pregunta...
¿Cómo distinguimos entre aquellos que son serios y los que
vienen a nuestra mesa sólo para degustar y picar la comida como
diletantes? Si su atención está en el Trabajo, o si pudiera
estarlo en el futuro, deberían estar en estas cenas. Así,
asociarán inconscientemente las ideas con una actividad natural
y especial”.
“Incluso si sólo degustan la comida y recuerdan tenuemente
las ideas, siempre tendrán una buena asociación para con
el Trabajo. Incluso aunque no lo tengan, y no puedan establecer una relación
entre las ideas y la comida, tendrán un vínculo de relevancia
emocional con la experiencia proporcionada al asistir a la cena invocacional”.
“Al examinar este método de presentar estas ideas, hay dos
corrientes de pensamiento, pero sólo una idea. ¿Entendéis
la importancia de los círculos de estudio? ¿Por qué
debería formar círculos de estudio la gente que nunca haya
trabajado aquí, o aquellos que han estado aquí sólo
brevemente? ¿Cómo hacemos posible que la gente que nunca
haya estado en un grupo que trabajaba con estas ideas empiecen su propio
círculo de estudio, y por qué insistimos en esto? Algún
día nos debe llegar la comprensión de que es necesario trabajar
como miembro de un círculo de invocación, al menos durante
cierto tiempo”.
“También atraeremos a nuestras cenas a personas con muchos
ceros a la derecha en sus cuentas bancarias, y quizás esta gente
pueda escuchar las ideas a través de la barrera de sus dólares
y euros. La gente es atraída a las cenas a través de un
magnetismo invisible, como a una red que atrapa peces. Puede que atrapemos
accidentalmente el gran pez con el pequeño pez, y también
el pez que sabe comer sin saber exactamente qué es lo que come”.
“¿Por qué usar la sagrada cena invocacional para atraer
a la gente a estas ideas? Porque la gente sólo responde con sus
estómagos y la cena es el cebo. Cuando se pescan los peces, los
salteamos y los servimos en nuestra mesa para crear un ambiente especial”.
“¿Cómo sabemos que hemos atraído todas las
diversas tipologías necesarias para que funcione el círculo
y para que la invocación produzca la evolución voluntaria
en defensa propia? La mayoría de los grupos recaban las mas
tipologías, en cuyo caso no invocan o invocan la misma presencia
limitada una y otra vez”.
“Presentar estas cenas requiere cantidades amplias de dinero para
comprar la comida y proporcionar el escenario de la mesa y el ambiente
de la cámara con todo lo necesario para crear las condiciones adecuadas
y el estado de ánimo apropiado”.
“Ahora nos dirigimos a la cuestión de cómo organizar
exactamente el círculo. Cada vez que conocemos a un posible invitado,
se nos dan instrucciones muy exactas respecto a cómo coreografiar
la reunión y cómo atraer a nuestro potencial invitado a
cenar. No dejamos nada a la imaginación o a la suerte en el proceso
exacto de formar un círculo de estudio”.
“Por ejemplo, cuando conocemos a alguien por primera vez que expresa
interés en estas ideas, en vez de hablar de las ideas del Trabajo,
puede que elijamos darle una tarjeta que hemos mandado imprimir. Incluso
la tarjeta debe ser muy exacta y seguir un formato diseñado específicamente
para el propósito de cautivar la atención sólo de
aquel que esté seriamente fascinado con estas ideas”.
“Entonces si se muestra interesado en asistir a una reunión
especial con el propósito de penetrar estas ideas, le instruimos
para que se ponga en contacto con nosotros en una fecha y hora específicas
que anotamos en la tarjeta, teniendo cuidado de elegir una hora en la
que estemos disponibles. Además, podemos asignarle una fecha y
hora de acuerdo con un código personal que nos recordará
dónde y cuándo le conocimos por primera vez e incluso los
detalles de la situación. Por ejemplo, la gente a la que conocemos
un lunes en cierto bar siempre se le dirá que llame el lunes dos
semanas después a las dos de la tarde”.
“Podemos determinar, hasta cierto grado, que la gente que conocemos
tiene suficiente atención perdurable a lo largo de un periodo amplio
de tiempo, y que ésta está arraigada en su búsqueda
de estas ideas con el propósito serio de penetrar hasta el conocimiento
real, por el hecho de que recuerden ponerse en contacto contigo, tal como
se sugirió, para obtener más información sobre estas
reuniones especiales. Y quizás habrá podido degustar algo
durante este primer encuentro que le atraiga al círculo de invocación”.
“Entonces, ofreces una invitación a sólo una de estas
reuniones especiales que, afortunadamente para ellos, habrá sido
planeada para esa noche en particular”.
“De este modo, tiene poco tiempo para tomar un paso activo y planear
su vida para que pueda asistir a la reunión y perseguir el interés
que expresó, que en ese momento puede o no estar en el centro de
su atención. Por otro lado, si esta reunión no le es lo
suficientemente importante como para que confirme la invitación,
entonces no se le debería dar otra oportunidad, a no ser que no
pueda venir debido a un comproo que realmente esté en la categoría
de algo serio”.
“El protocolo de las cenas invocacionales sagradas es exacto. Cada
invitación a un posible candidato exige una atención inmediata.
El propósito de la invitación es cualificar el interés,
la sinceridad y la duración de la atención de un posible
candidato”.
“Se presenta la invitación como si fuera una llave para abrir
una puerta a la cámara invocacional, lo que puede o no ser obvio
a los invitados que han acudido para compartir simplemente una cena agradable
y acogedora”.
“Pero existe un riesgo. Cuando un invitado acepta la hospitalidad,
tiene que tener autoridad sobre sus manifestaciones igual que un perro
debe estar enseñado antes de que pueda permanecer en la casa. Por
otro lado, como anfitriones, también somos los responsables de
la presencia de nuestros huéspedes, a quienes hemos invitado a
sentarse con nosotros en nuestra mesa”.
“No se le debe dar a nadie una entrada prematuramente para el próximo
mundo. Éste es uno de los peligros de aceptar invitados a nuestras
cenas invocacionales, pero esto no debe causar problemas si seguimos exactamente
las instrucciones”.
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