Primera Charla
 

Los alumnos ingleses y americanos acababan de llegar al piso de G., que señaló a J. que empezara a traducir el discurso del inglés al francés.

Antes, se había hecho una pregunta sobre la razón por la que G. servía cenas de gourmet a tantas personas como llegaban a su piso todas las noches para sentarse a su mesa y escuchar las ideas.

“La cena formal toma como modelo la Última Cena,” continuó G. “Seguramente todos la conocéis. A través de la acción de las sustancias que hay en la comida, se transmite una fuerza especial que puede transformar lentamente a los presentes en la mesa de mi círculo de trabajo”.

“El escenario y la disposición de esta mesa aquí, tienen su correspondencia en el mundo angelical, y las cenas proporcionan las sustancias inferiores necesarias para las condiciones evolutivas a las que se refiere la ley ‘tal como es arriba, es abajo' ”.

“¿Qué es lo que produce la fuerza operativa de un círculo de trabajo que se sienta en tal clase de sesión espiritista? La fuerza electromagnética puede descender a través de la presencia del ángel que sea atraído por la correspondencia de la cámara de la cena invocacional del círculo de trabajo con la cámara angelical correspondiente, según la ley ‘igual atrae a igual’, cuyos efectos en el proceso de la vida ordinaria se pueden ver solamente observando el cortejo de las parejas en su paseo de los domingos por la tarde”.

“Sobre los participantes del círculo de trabajo, el efecto es transformativo; pero es muy suave y se da a lo largo de mucho tiempo. Para producir una irritación constante del alma y provocar la evolución como mecanismo de defensa, se requieren muchas repeticiones de estas cenas invocacionales. La evolución no se consigue a través de nuestros esfuerzos por evolucionar, sino como resultado de colocarnos en una situación en la que nos vemos obligados a ello”.

“¿De qué otra manera podemos provocar la evolución? Al mismo tiempo, también podemos añadir otro factor a la escena de nuestra lucha para provocar la evolución. A través del hábito de asistir a estas cenas invocacionales, la expectativa misma de asistir, de reunirnos en el círculo de trabajo puede perpetuarse después de la vida orgánica. En este caso, a través de llevar a cabo el ritual de las cenas invocacionales, podemos sensar la fuerza del ritual. El desarrollo del momentum de estos hábitos de trabajo es el auténtico significado y fuerza de todos los rituales. La idea es, si nos acostumbramos a la expectativa de asistir a una reunión, tal como esta cena invocacional, seremos capaces de reunirnos más tarde debido al impulso de este nuevo hábito, usando algún vehículo superior a nuestro cuerpo orgánico”.

“Existe un factor adicional que nos interesará cuando lo examinemos por segunda vez: La asociación de la comida especial y la compañía simpática con las ideas.

“Este factor a su vez produce dos resultados: primero, la producción natural de un estado de ánimo exacto, un componente necesario para las invocaciones que además se complementa con la lectura invocacional”.

“La buena compañía y el ambiente cálido son importantes para el segundo resultado, una mezcla alquímica a causa de las tipologías representadas por los invitados presentes, creándose la producción automática de una serie de sustancias solares alquímicas por todo el organismo, que sirven para activar los centros superiores. Una vez que los centros se despiertan y permanecen despiertos, pueden continuar su evolución sin lo orgánico... voluntariamente”.

“La comunidad como círculo de trabajo incluye tipologías distintas, y para producir las condiciones para su trabajo hacia la evolución, deben aguantarse los unos a los otros dentro del círculo de estudio. Todos los que están atraídos hacia un círculo de estudio no son de la misma tipología. Si lo fuesen, aunque esto pudiera crear una situación social más cómoda, el círculo no funcionaría adecuadamente porque un círculo compuesto de sólo una tipología no invocaría”.

“Podemos entender esta idea al examinar una radio. Si todas las piezas fuesen iguales, la radio no funcionaría. Es obvio. Pero cuando se ensamblan todos los componentes con exactitud, la radio funciona como un conjunto mayor que la suma de sus piezas individuales. De la misma manera, el círculo de estudio como un conjunto funcional compuesto de todas las tipologías, compone algo mayor que la suma de todas las tipologías en sí. No hay duda de que esto es lo que necesitamos”.

“Si pensamos en la evolución como resultado de la exposición a radiaciones evolutivas angelicales, de una presencia invocada, debemos darnos cuenta de que es necesario exponernos a las radiaciones y al mismo tiempo hacerlo poco a poco. Demasiada radiación angelical no es buena para la salud”.

“Si sabemos cocinar bien, podemos introducir sustancias evolutivas en la comida que vamos a servir en nuestra mesa. En la cena invocacional, las sustancias de la comida son transformadas por las presencias invocadas de aquellos que la prepararon y por los que la comparten, y también a través del estado de ánimo y ambiente creados, y de las impresiones de la lectura mientras se lee en voz alta; estos factores, cuando se toman en conjunto, proporcionan todo lo necesario para las necesidades automáticas y semi-voluntarias de las presencias de las diversas tipologías”.

“Al mismo tiempo, no es necesario depender solamente de la comida preparada y la compañía reunida para producir una invocación. Aunque es necesaria la fusión alquímica de estas impresiones, existen otros factores invisibles, ocultos de la visión ordinaria, que operan en el grupo”.

“Incluso sin la formación exacta que se corresponde con la presencia y radiación angelicales que deseamos invocar, si tenemos el valor para prestar atención al estado de ánimo y la fuerza presentes en estas cenas, seremos capaces de estudiar la dinámica de la invocación. Para este fin, usamos el círculo. El círculo es la base de la coreografía de la cena invocacional”

“No deseamos invocar involuntariamente, porque esto puede producir el descenso de entes indeseables. No debemos caer en el juego del médium, del vidente o del adivino. Esta gente invoca, pero no saben con certeza lo que invocan. Debemos invocar con conocimiento exacto. Este conocimiento proviene de la larga experiencia de miles de años de esfuerzos prácticos de quienes nos han precedido, y de otros que les precedieron a ellos, y de aquellos que les procedieron a esos otros... y llegado a ese punto mi información acaba”.

“Ahora nuestra discusión tiene que pasar a la cuestión de la actividad voluntaria y del trabajo asociado con la comunidad, porque son las actividades de todo el día las que constituyen la invocación. En una comunidad de trabajo, la cuestión de todas las otras actividades del día se centra en la mesa. La cocina sirve a la comunidad, produciendo comida especial de la que hemos de extraer sustancias para nuestro trabajo; por ello, a la cocina se llama el corazón de la comunidad”.

“Por la noche, cuando invocamos, tenemos que percatarnos de que todas nuestras atenciones desde la mañana componen las partes de la invocación. La total invocación incluye todas las actividades voluntarias e involuntarias del día. Si pudiéramos hacer voluntarias todas estas actividades, podrían proporcionarnos algo deseable para nuestras invocaciones evolutivas y para nuestro trabajo preparatorio, cultivándonos como campos receptivos para esta fuerza evolutiva”.

“La cuestión de las actividades involuntarias tiene una gran importancia respecto a todo hacia lo que nos esforzarnos en la lucha por la evolución voluntaria”.

“¿A quién se invoca al hacer voluntarias nuestras típicas actividades involuntarias? Ésta es una pregunta si no nos conocemos suficientemente bien. Enfocamos nuestra atención sobre la relevancia de los datos dados durante la invocación de nuestras presencias; pero debemos de estar más preocupados por la cuestión de exactamente cómo nuestras actividades involuntarias afectan a la invocación de la noche”.

“Las actividades a lo largo del día afectan a nuestra cena invocacional; de hecho estas actividades, si se llevan a cabo voluntariamente, producen la necesidad fundamental para una invocación en el círculo de trabajo de esa noche. Debido a que carecemos de datos empíricos para saber qué es lo que invocan nuestras actividades típicas, para poder afectar a la invocación, debemos fiarnos de la forma de la invocación. La forma es el contenido. Ésta es una ley básica de la invocación”.

“No obstante, para usar datos empíricos sobre nuestras actividades cotidianas y de cómo éstas afectan a nuestro trabajo invocacional, tenemos que entender cómo examinar la actividad objetiva de la máquina. El estudio de las actividades de la máquina es algo así como observar un gran ballet. Es nuestro linaje de trabajo”.

“De hecho, estamos intentando observar el ballet de los Brujos –el brujo involuntario representa esas facciones de pequeños yoes de la máquina que defienden tercamente diversos intereses nimios en diferentes ocasiones. Al poner intencionada y simultáneamente una facción en contra de otra opuesta, provocamos una lucha por la autoridad sobre la máquina, cosa que produce resultados que se suman a nuestros esfuerzos para producir la fuerza necesaria para la transformación de sustancias para nuestro trabajo. Sin embargo, para generar este ballet, tenemos que ser capaces de permanecer imparciales durante la observación de la máquina y debemos tener conocimiento objetivo de sus actividades, sin reparar en la importancia socio-emocional subjetiva”.

“Después de dedicar mucho tiempo al estudio práctico de esta cuestión, podemos ser capaces de determinar la función de las actividades cotidianas de la máquina –esas actividades involuntarias, cuyos funcionamientos indican que estamos manifestándonos de acuerdo a las leyes ordinarias y mecánicas de la máquina, en vez de funcionar con actividades voluntarias –respecto al hecho de que ambas forman parte de la invocación. Pero para el estudio práctico de esta cuestión, es necesaria la observación de lo más oculto de nuestra tipología –las actividades involuntarias ordinarias, en el sentido de ésas que consideramos las más triviales-. Aquellas actividades involuntarias que creemos que son las más insignificantes suelen ser las auténticas barreras al trabajo real”.

“Al mismo tiempo, hacer voluntarias estas actividades es algo así como desarrollar un músculo. Tendemos a ejercitar ciertos músculos que son los más desarrollados, pero podríamos ofrecer resistencia ante la oportunidad de ejercitar los músculos no-habituales. Los que están sin desarrollar pueden producir dolor cuando insistimos sobre ellos”.

“Igual que en una reacción química, en la que un catalizador activa el proceso de combinar componentes individuales para formar una nueva sustancia, hay un catalizador correspondiente en la reunión nocturna de una comunidad de trabajo. Este catalizador es la cena invocacional, para la que también existe un catalizador; y para la activación de la lectura, del discurso y de la planificación de todos los preparativos, son necesarios otros catalizadores –choques. No insistiré en que consideréis inmediatamente la cuestión de estos catalizadores. En cambio, deseo indicar ciertas cosas respecto a la mecánica de la invocación con varios ejemplos”.

“En la preparación de una sesión espiritista, debemos reunir un grupo de personas que representen todas las diversas tipologías de presencias orgánicas que podamos localizar y atraer a nuestro círculo. Si deseamos tener un círculo de estudio funcional, hemos de aprender a tolerar las presencias de otras tipologías tal cual, y no como preferiríamos que fuesen para sentirnos más cómodos”.

“Podemos determinar la tipología presente a través del aroma, fragancia y olor que detectamos, si es que hemos desarrollado y entrenado nuestro sentido de olfato. En el caso de nuestra propia tipología y de tipologías semejantes, hay una fragancia delicada; pero en el caso de tipologías muy diferentes, el olor es más bien parecido a un persistente y agresivo pedo”.

“No obstante, incluso las emanaciones mentales y emocionales de nuestras tipologías reunidas en grupo pueden ser difíciles de tolerar, y a no ser que podamos hacer voluntarias nuestras emociones para que éstas permanezcan orgánicamente imparciales ante las manifestaciones emocionales involuntarias de los demás, la invocación no puede tener el éxito que deseamos. Las emanaciones emocionales de las otras tipologías del grupo pueden ser muy difíciles de tolerar; sin embargo éste es un pequeño precio a pagar para poder trabajar”.

“También, en una reunión, escucharemos los resultados de la presencia de las emanaciones mentales involuntarias que salen de los intelectos de las otras tipologías. Por lo tanto, tenemos que aprender a permanecer imparciales ante estas ‘atmósferas’ intelectuales producidas porque no tenemos suficiente conocimiento respecto al ambiente general necesario para la invocación, propósito por el que se ha reunido el círculo de trabajo”.

"Además, como en todas las reacciones químicas en que elementos distintos son combinados para formar un nuevo compuesto que, por definición, se caracteriza por propiedades totalmente distintas a las que poseían los elementos individuales previos, se puede observar el proceso correspondiente en relación con la química de las distintas tipologías de un círculo de trabajo funcional. Igual que en una reacción química, tenemos que esperar que estas distintas tipologías se mezclen y funcionen como un círculo de trabajo operativo que pueda invocar una presencia, reconocible por cualidades totalmente nuevas. Durante una invocación, las presencias de las tipologías personales individuales deberían volverse invisibles tanto psico-emocional como orgánicamente mientras sucede la fusión resultante para el descenso de una presencia invocada sobre el círculo. Esta noche, pondremos el escenario para la puesta en marcha de este proceso de fusión mientras nos sentamos en el círculo y compartimos la cena juntos”.

“Para hacer posible la evolución, se requiere que el círculo de trabajo, junto con la activada química catalizadora de la comida, mezclada y afectada por las atmósferas producidas por las distintas tipologías que componen el círculo, atraiga hacia abajo a una presencia invocada. A través de la invocación, el paso de una presencia causará la producción de subproductos alquímicos dentro de la química de los participantes sentados en la mesa”.

“El mero paso de la presencia de un ángel produce una transformación alquímica. Es una transformación interior, y los resultados producidos son sales celulares, es decir, metales nobles y tierras raras, que son depositados a través del sistema linfático para formar finalmente lo que se llama el ‘Collar de Buda’ ”.

“Todos tenemos un sistema linfático; pero tenemos que encontrar algo en la química de nuestra tipología que pueda causar que el sistema linfático se convierta en el grano de arena que provocará una irritación exactamente como en una ostra –irritación que puede ser revestida. El revestimiento del sistema linfático forma el Cuerpo Astral, y a la vez, causa una irritación adicional que puede ser revestida, como en la formación de una perla. Cuanto mayor sea la irritación, mayor será la perla. Es necesario revestir la irritación o morir”.

“En otras palabras, se tiene que exponer el sistema linfático para que pueda ser alcanzado por un rayo. Esto nos proporciona la posibilidad de evolucionar, porque la formación de cuerpos superiores nos permite adquirir una longevidad no-orgánica especial. Por otro lado, existe un riesgo correspondiente muy grande”.

“Ese principio activo que produce la evolución voluntaria se llama Oración Absoluta. El hombre y los ángeles no fueron creados con la función inicial de ser ‘mensajeros’, sino para ser conductores, para atraer e invocar sobre ellos mos el rayo, la electricidad normalmente estática del Absoluto. Durante este proceso, si no cambias, serás aniquilado de la peor manera posible, eso es seguro”.

“Pero la fuerza eléctrica del Absoluto podría ser retardada, algo que te permitiría ganar más tiempo para trabajar sobre la posibilidad de convertirte en un pararrayos para el Absoluto, logrando como resultado tanto la transformación como la evolución. Y al ganar tiempo para hacerte una parte voluntaria de este proceso, puedes retrasar la inevitable destrucción del sistema nervioso durante mucho tiempo”.

“Como conductor, lo primero que se destruye es lo orgánico, y si una persona no ha trabajado sobre sí misma, no permanecerá nada. Pero para un hombre que haya trabajado sobre sí mismo mientras lo hacía para el Absoluto, destrozarse en lo orgánico es simplemente otro riesgo del oficio. La Oración Absoluta es obviamente un choque, y si elegimos perseguir este método de evolución, tenemos que trabajar rápidamente con la atención constantemente puesta sobre nuestra meta: formar cuerpos superiores mientras todavía poseemos el cuerpo orgánico con el que podemos hacer los esfuerzos necesarios”.

“El Absoluto debe de amar tanto al hombre como al gato; a los dos les ha dado muchas vidas. ¿Cómo es posible que los gatos y el hombre biológico ordinario tengan tres cerebros y un cuerpo, y que el hombre evolucionado tenga tres cerebros y nueve cuerpos?

“¿Qué papel juega el invocante en la evolución voluntaria? ¿Es el invocante el propio proceso evolutivo?

“Las condiciones de trabajo sólo pueden producir la evolución cuando son adecuadas y con la instrucción exacta. Ya puedes ver que tenemos mucho por hacer. Primero, es necesario adquirir todos los datos de apoyo posibles y aprender a hacer voluntarias las actividades diarias de la máquina”.

S. preguntó: “¿Nos podría decir si ha pasado por aquí esta noche una presencia angelical?”.

“Hay algunos en este círculo que hacen que funcione más débilmente,” contestó G., “pero aún así, podemos ser conscientes de las presencias si somos conscientes de nuestro sensing sutil”.

“Un círculo de estudio sin mucha experiencia, al seguir estrictamente las instrucciones, podría producir una invocación y a la vez no darse cuenta de los resultados. Claro está, existe un riesgo. Si el día hubiera sido muy involuntario para los miembros del círculo, o se hubieran adquirido contaminaciones por la falta de cuidado o atención, la cosa podría ir mal”.

“¿Cuáles son las probabilidades?”, preguntó S. con cara de preocupado.

“Eso depende de los acontecimientos del día,” se rió G.

“¿Y de esta noche?”, preguntó S. con titubeos. A esta pregunta no recibió respuesta directa.

“Ésta no es una sesión espiritista ordinaria. No es una cena ordinaria,” dijo G. “Aparte del pequeño cambio evolutivo, una posibilidad te abre la puerta hacia otras cosas que quizás no sean visibles para ti...”

“La comida ordinaria es para la satisfacción de deseos ordinarios como el hambre, lo que es el círculo para la satisfacción de deseos superiores. Pero la satisfacción de los deseos ordinarios es el primer problema”.

“La mayoría de la gente cree entender el concepto de la necesidad de satisfacer deseos y sedes ordinarios. Por cierto, ¿cuál creéis que es la más poderosa de las adicciones biológicas? No es el sexo, como podríais esperar. Es comer. Ni siquiera es llenar la barriga. Es simplemente el meter cosas en la boca lo que forma y determina el pensamiento y la conversación del hombre mecánico-biológico. ¿Esto está de acuerdo con vuestra comprensión?”.

“Para mí sí,” respondió el Profesor Sterno, “pero no puedo hablar por compañeros”.

“Si pudieras hablar por ellos,” dijo G., “tendrías un círculo de invocación funcional. Hace falta que pasen cuatro o cinco años reuniéndoos antes de intentar hablar por ellos”.

S. empezó: “A mi entender, el número de personas que serán atraídas por este trabajo es fijo. De modo que, ¿esta forma de presentar estas ideas -a través del patrocinio de cenas invocacionales- está dirigida a aquellas personas que no estarían atraídas normalmente a este trabajo, o está intencionada para aquellos que habrían sido atraídos de todos modos?”.

“Lo que sugiero,” empezó G., “es que invites a la gente a asistir una cena. Entonces, presentes estas ideas en el contexto de la cena. Si tiene lugar una invocación, quizás haya gente que se vaya y no vuelva, en cuyo caso no tienen necesidad de estas ideas a pesar de su interés inicialmente formado”.

“Poca gente tiene la capacidad para entender estas ideas, y de éstos, sólo unos pocos tienen la disciplina para este trabajo, y menos aún son los que se acercan al Trabajo”.

“Después surge la pregunta: ¿sabemos a quiénes invitar? ¿Quién vendrá a nuestra mesa? No desearías invitar a todo el mundo a tu casa, en cuyo caso, pruebas a la gente interesada en estas ideas, sirviéndolas por primera vez en un bar público. Sembramos semillas, corriendo el riesgo de que caigan en suelo infértil. En otras palabras, sirves estas ideas como comida, para envenenar a la gente contra la vida biológica y quizás las predispongas hacia el Trabajo”.

“Pero quizás preferirías invitarles a casa. Puede que después de tres o cuatro meses tengas un grupo tan cohesionado que desees hacer las cenas en casa”.
“Cuando ponemos la mesa para la cena dejamos desocupado un lugar para un invitado que, aparentemente por la más pura casualidad, pudiera llamar a nuestra puerta”.

“Nos podremos encontrar con que a nuestra mesa asiste gente corriente y gente importante. Dado que no podemos valorar la relevancia de la importancia de los invitados, no debemos atrevernos a juzgarles. No se puede hacer un juicio basándose en las manifestaciones ni en las apariencias de un invitado”.

“Las manifestaciones y apariencias pueden ser engañosas. Si uno parece elevado por sus manifestaciones, a menudo es innoble. Y si otro realmente lo es, podría parecer el más bajo según las apariencias. Es una estratagema corriente”.

“Pero en el mundo real todos somos elevados, todos estamos en el mismo sitio. Sólo que a veces algunos se disfrazan”.

“De modo que, Sr. Sterno, no sé responder a tu pregunta... ¿Cómo distinguimos entre aquellos que son serios y los que vienen a nuestra mesa sólo para degustar y picar la comida como diletantes? Si su atención está en el Trabajo, o si pudiera estarlo en el futuro, deberían estar en estas cenas. Así, asociarán inconscientemente las ideas con una actividad natural y especial”.

“Incluso si sólo degustan la comida y recuerdan tenuemente las ideas, siempre tendrán una buena asociación para con el Trabajo. Incluso aunque no lo tengan, y no puedan establecer una relación entre las ideas y la comida, tendrán un vínculo de relevancia emocional con la experiencia proporcionada al asistir a la cena invocacional”.

“Al examinar este método de presentar estas ideas, hay dos corrientes de pensamiento, pero sólo una idea. ¿Entendéis la importancia de los círculos de estudio? ¿Por qué debería formar círculos de estudio la gente que nunca haya trabajado aquí, o aquellos que han estado aquí sólo brevemente? ¿Cómo hacemos posible que la gente que nunca haya estado en un grupo que trabajaba con estas ideas empiecen su propio círculo de estudio, y por qué insistimos en esto? Algún día nos debe llegar la comprensión de que es necesario trabajar como miembro de un círculo de invocación, al menos durante cierto tiempo”.

“También atraeremos a nuestras cenas a personas con muchos ceros a la derecha en sus cuentas bancarias, y quizás esta gente pueda escuchar las ideas a través de la barrera de sus dólares y euros. La gente es atraída a las cenas a través de un magnetismo invisible, como a una red que atrapa peces. Puede que atrapemos accidentalmente el gran pez con el pequeño pez, y también el pez que sabe comer sin saber exactamente qué es lo que come”.

“¿Por qué usar la sagrada cena invocacional para atraer a la gente a estas ideas? Porque la gente sólo responde con sus estómagos y la cena es el cebo. Cuando se pescan los peces, los salteamos y los servimos en nuestra mesa para crear un ambiente especial”.

“¿Cómo sabemos que hemos atraído todas las diversas tipologías necesarias para que funcione el círculo y para que la invocación produzca la evolución voluntaria en defensa propia? La mayoría de los grupos recaban las mas tipologías, en cuyo caso no invocan o invocan la misma presencia limitada una y otra vez”.

“Presentar estas cenas requiere cantidades amplias de dinero para comprar la comida y proporcionar el escenario de la mesa y el ambiente de la cámara con todo lo necesario para crear las condiciones adecuadas y el estado de ánimo apropiado”.

“Ahora nos dirigimos a la cuestión de cómo organizar exactamente el círculo. Cada vez que conocemos a un posible invitado, se nos dan instrucciones muy exactas respecto a cómo coreografiar la reunión y cómo atraer a nuestro potencial invitado a cenar. No dejamos nada a la imaginación o a la suerte en el proceso exacto de formar un círculo de estudio”.

“Por ejemplo, cuando conocemos a alguien por primera vez que expresa interés en estas ideas, en vez de hablar de las ideas del Trabajo, puede que elijamos darle una tarjeta que hemos mandado imprimir. Incluso la tarjeta debe ser muy exacta y seguir un formato diseñado específicamente para el propósito de cautivar la atención sólo de aquel que esté seriamente fascinado con estas ideas”.

“Entonces si se muestra interesado en asistir a una reunión especial con el propósito de penetrar estas ideas, le instruimos para que se ponga en contacto con nosotros en una fecha y hora específicas que anotamos en la tarjeta, teniendo cuidado de elegir una hora en la que estemos disponibles. Además, podemos asignarle una fecha y hora de acuerdo con un código personal que nos recordará dónde y cuándo le conocimos por primera vez e incluso los detalles de la situación. Por ejemplo, la gente a la que conocemos un lunes en cierto bar siempre se le dirá que llame el lunes dos semanas después a las dos de la tarde”.

“Podemos determinar, hasta cierto grado, que la gente que conocemos tiene suficiente atención perdurable a lo largo de un periodo amplio de tiempo, y que ésta está arraigada en su búsqueda de estas ideas con el propósito serio de penetrar hasta el conocimiento real, por el hecho de que recuerden ponerse en contacto contigo, tal como se sugirió, para obtener más información sobre estas reuniones especiales. Y quizás habrá podido degustar algo durante este primer encuentro que le atraiga al círculo de invocación”.

“Entonces, ofreces una invitación a sólo una de estas reuniones especiales que, afortunadamente para ellos, habrá sido planeada para esa noche en particular”.

“De este modo, tiene poco tiempo para tomar un paso activo y planear su vida para que pueda asistir a la reunión y perseguir el interés que expresó, que en ese momento puede o no estar en el centro de su atención. Por otro lado, si esta reunión no le es lo suficientemente importante como para que confirme la invitación, entonces no se le debería dar otra oportunidad, a no ser que no pueda venir debido a un comproo que realmente esté en la categoría de algo serio”.

“El protocolo de las cenas invocacionales sagradas es exacto. Cada invitación a un posible candidato exige una atención inmediata. El propósito de la invitación es cualificar el interés, la sinceridad y la duración de la atención de un posible candidato”.

“Se presenta la invitación como si fuera una llave para abrir una puerta a la cámara invocacional, lo que puede o no ser obvio a los invitados que han acudido para compartir simplemente una cena agradable y acogedora”.

“Pero existe un riesgo. Cuando un invitado acepta la hospitalidad, tiene que tener autoridad sobre sus manifestaciones igual que un perro debe estar enseñado antes de que pueda permanecer en la casa. Por otro lado, como anfitriones, también somos los responsables de la presencia de nuestros huéspedes, a quienes hemos invitado a sentarse con nosotros en nuestra mesa”.

“No se le debe dar a nadie una entrada prematuramente para el próximo mundo. Éste es uno de los peligros de aceptar invitados a nuestras cenas invocacionales, pero esto no debe causar problemas si seguimos exactamente las instrucciones”.